Muchas personas piensan que los metales son conductores de calor; es más, es una creencia muy común. No obstante, no todos los metales son buenos conductores o lo transmiten de la misma manera; ya que todo dependerá del tipo al que pertenezcan. ¿Tienes la impresión de que la conductividad térmica no afecta mucho tu vida? ¡Pues te equivocas! Comprender cómo la conductividad térmica afecta los objetos que usas todos los días puede ayudarte a aprovecharlos al máximo.

Para saber más, en el siguiente artículo de JN Aceros, te hablaremos sobre qué es la conductividad térmica, así como la conductividad de ciertos metales, incluido el acero inoxidable.

¿Qué es la conductividad térmica?

La conductividad térmica es el proceso por el cual la energía térmica se transporta a través de la materia, dándole la capacidad de conducir calor. Los materiales con buena conductividad térmica, como ciertos metales, transmiten grandes cantidades de calor rápidamente.

Por ejemplo, el fondo de cobre de una olla se calentará rápidamente y dispersará ese calor por el resto de ella. Por otra parte, los malos conductores térmicos transportan el calor lentamente, lo que puede ser realmente ventajoso en los materiales de construcción.

¿Cómo se da la conductividad térmica en ciertos metales?

Los metales contienen electrones que son los principales responsables de conducir el calor. Las conductividades térmicas más altas están presentes en los metales más puros en su estado recocido. Los metales que se encuentran comúnmente en trabajos de baja temperatura incluyen el acero inoxidable, el acero al carbono y el aluminio.

En algunos metales, la conductividad térmica es una función importante de la pureza y la condición del metal. Para aplicaciones criogénicas (de producción en frío), se utilizan el cobre y aluminio donde se necesita de una buena conductividad térmica. De igual manera, el acero inoxidable se utiliza en aplicaciones donde es adecuada una conductividad térmica relativamente pobre. Esto sería aplicable en las infraestructuras o armazones de edificios.

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• Conductividad en aluminio

El aluminio puro tiene una conductividad térmica de aproximadamente 235 vatios por kelvin por metro, mientras que sus aleaciones tienden a tener una conductividad mucho menor. Sin embargo, esto rara vez es llega a ser tan bajo como el hierro y el acero.

En cuanto a sus aplicaciones, el aluminio se usa a menudo en disipadores de calor electrónicos debido a la buena conductividad térmica del metal.

• Conductividad en el acero al carbono

La conductividad térmica del acero al carbono es mucho menor que la del aluminio, teniendo alrededor de 45 vatios por kelvin por metro. Este material es una opción buena, a la vez de ser económico, para construir componentes estructurales.

• Conductividad en el acero inoxidable

El acero inoxidable tiene una conductividad aún menor que el acero al carbono con aproximadamente 15 vatios por kelvin por metro. Es por ello que es el material ideal para estructuras en entornos corrosivos o para aplicaciones de acero estructural expuesto arquitectónicamente.

Beneficios del acero inoxidable

Los materiales con baja conductividad térmica evitan la transmisión de calor. Esto puede resultar en una mejor eficiencia energética y estabilidad del material. La baja conductividad térmica del acero inoxidable lo convierte en un buen material para la construcción de fachadas, aplicaciones de vidrio y sistemas de muros cortina.

Este metal también permanece estable cuando está en contacto con el calor, como durante un proceso de fabricación o en equipos de procesamiento de alimentos como hornos y cintas transportadoras.

Si estás interesado en el sector de construcción, entonces te recomendamos utilizar productos de acero inoxidable en tus proyectos gracias a la poca conductividad térmica que presenta este metal.